domingo, 27 de mayo de 2007

Está claro. Por todo el mundo es conocida la metáfora que compara la vida con un largo camino, con un tren, con un río o con algo parecido. Y es internacional porque es una verdad como un puño, es cierto y queda bonito decir que no importa la meta, sólo andar…Pero también es verdad que hay muchas formas de hacerlo....

Algunos caminan con paso cansado, como si la vida fuese un largo y tedioso sendero lleno de piedras enormes entorpeciendo el paso.

Otros caminan con paso rápido, y más y más rápido, hasta que llegan a incluso correr demasiado, sin ni siquiera mirar el paisaje que va creándose y destruyéndose para y junto a ellos.

Otros caminan en círculos, puede que no se den cuenta pero es posible que lo hagan por miedo a seguir hacia delante, al fin y al cabo, al andar en círculos siempre sabes lo que te espera, da cierta seguridad…

Otros se quedan quietos, ya ni siquiera andan en círculos…se quedan inmóviles, paralizados, dejando que los que pasan por su lado sean quienes les empujan un poquito de vez en cuando. “Al menos” así pueden tener, sólo por inercia, cierta sensación de movimiento.

Otros andan sin prisa pero sin pausa, aprendiendo y volviendo la vista atrás alguna vez sin miedo a volverse estatua de sal, para enorgullecerse de lo aprendido, o para reaprenderlo si se ha olvidado, ...Andan mirando a los lados, hacia delante, sin perderse nada, sin dejar que nadie les empuje demasiado, sin dejar que les arrastren los que van muy deprisa o que les retengan los que van muy despacio. Sin dejarse convencer por la seguridad de los que andan en círculos o por el miedo de los que se quedan sentados al borde del camino.

Supongo que está requemada la metáfora de que cada uno tiene un camino (predestinado o no, en eso no entro) su “vida”, ahora sólo hay que echarle huevos y andarlo, vivirla.


De por ahí

No hay comentarios: